Pero, ¿Cómo saber
en qué debemos ocupar nuestra mente? El apóstol Pablo le dijo a los Filipenses “Concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo
justo, todo lo puro, todo lo bello y todo lo admirable. Piensen en cosas
excelentes y dignas de alabanza.” (Fil. 4:8 NTV)
Para poder “concentrarnos” en las cosas buenas que Dios dice,
debemos de tener una firme convicción de que queremos agradar a Dios. Esta convicción
solo proviene de Dios y solo se mantiene cuando valoramos nuestra relación con
Él de tal manera que no queremos ocupar nuestra mente en cosas opuestas a lo
que Dios describe en el verso en la carta a los Filipenses.
El seguir este mandamiento, el cual Jesús dice que es el principal
de todos, significa estar en la presencia de Dios en oración, leyendo Su
palabra y haciendo Su obra. Esto básicamente abarca todas las áreas nuestra
vida, y el estar flaqueando en una de estas áreas sería desistir voluntariamente
a lo más importante que Dios quiere de nosotros.
Hay personas que usan el verso “examinadlo todo y retened lo bueno”
(1 Tes. 5:21,) como una manera justificar el tiempo invertido viendo TV, viendo
películas y usando videojuegos el cual
su contenido está muy, muy lejos de ser “verdadero, honorable, justo, puro, bello,
admirable, excelente y digno de alabanza,” como dice Filipenses 4:8. El
contexto de esta advertencia tiene que ver con la palabra profética y no con el
contenido de una película.
Las películas, los programas de TV y videojuegos están diseñados
para ser divertidos, pues si no fuera
así, nadie ocuparía su mente en ellos y nadie pagaría por ellos. La manera en
que yo le trato de explicar esto a mis hijas es algo como “Mira mi amor, yo te
amo. Las personas que hacen estas películas no precisamente tienen temor a Dios
o amor para ti, por lo que no precisamente están preocupados por lo que tú ves…¡Pero
yo sí!”
La realidad es que las compañías seculares no están interesadas en
tu integridad como persona, sino en su propio beneficio económico. Ellos no son
responsables de lo que tú y yo vemos. Toda la responsabilidad es personal y
está ligada con tu relación con el Espíritu de Dios.
Si tú estás dispuesto a ver una película en la que sabes que hay
alguna palabra obscena, una escena con contenido sexual, hechicería (hadas,
magos,) y cosas que van en contra de lo que Dios nos pide que ocupemos nuestra
mente, entonces esto revela la importancia que tu entretenimiento personal
tiene comparado con tu relación con Dios.
Si puedes pasar horas viendo la TV y jugando video juegos que usan violencia,
personajes relacionados con ídolos, temas sexuales y vulgares, entonces tú has
elegido llenar tu mente con lo que es incompatible de una relación cercana a
Dios y el que creas lo contrario te lleva a un lugar muy frio espiritualmente,
al justificar lo malo y elegirlo para tu vida y la de tu familia.
Al leer esta nota, la reacción natural de un creyente de Dios
afanado con las películas, TV y video juegos, podría ser “este tipo es un
legalista o un fanático.” Sin embargo yo encuentro irónico que el Apóstol Pablo,
cuando entró a Atenas y vio las imágenes de los dioses que ahora conocemos como
parte de la mitología griega, dice la biblia que “su espíritu se enardecía en él, viendo la ciudad
entregada a la idolatría,” y ahora veo a hijos de creyentes jugando con una
imagen de Thor como si fuera un súper héroe. En el libro de Hechos (Capítulo 17)
vemos al apóstol Pablo luchando contra las potestades detrás de los ídolos de
los griegos y romanos, tales como Hércules/Zeus, dios del trueno, y volteo y veo a
un niño en escuela dominical jugando con un mono de este abominable ídolo. Para
mí, no tiene sentido.
El mismo Apóstol Pablo le dijo a los
efesios, “andad como hijos de luz, aprobando lo que es agradable al Señor, y no
participéis con las obras infructuosas de las tinieblas, sino ante reprobadlas.”
(Efe. 5:9) Si realmente pensamos que podemos alzar las manos el domingo y
llegar a casa y ponernos a ver la TV o una película con contenido no agradable
a Dios, y pensar que Dios está sentado junto con nosotros disfrutando, estamos
equivocados y hemos hecho nuestra elección en cuanto a con que llenaremos
nuestra mente y la de nuestra familia en esta tarde.
NO PARTICIPEMOS EN LAS OBRAS INFRUCTUOSAS
DE LAS TINIEBLAS…
Un seguidor de Jesús debe de esperar el
regreso de su Señor con celo, con pasión, haciendo la obra para el reino y no
ocupando nuestra mente como la ocupan los que en el mundo no conocen a Jesús. ¡Radicalízate!
¡Reprueba lo que es reprobable para Dios! Ocupa tu mente en Él.