“Porque la GRACIA de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, RENUNCIANDO A LA IMPIEDAD y a los DESEOS MUNDANOS, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.”
Tito 2:11-14