Cada quien somos diferentes y venimos de distintos trasfondos. Para Jesús, todos somos de sumo valor ya que Él está dispuesto a recibirnos tal y como somos mientras realmente vengamos con un corazón quebrantado y arrepentido delante de Él.
Jesús no solo perdona para restaurar la vida de un pecador, sino que con Su Espíritu hace una maravillosa revolución en la que somos desarraigados de las tinieblas para ser convertidos en hijos de Dios.
Transexuales, homosexuales y drogadictos: solo Jesús tiene el poder para deshacer las obras del diablo en nuestra vida para poder ser transformados en las manos de un Dios de amor y gracia.
Borrachos, adúlteros y pervertidos sexuales: Jesús derramó Su sangre por ti en la cruz, para que con ella seamos lavados de todo pecado. Él tiene la autoridad de liberarnos de todo vicio y perversión sexual. Aquellos a los que más se les ha perdonado, son los que más aman al Señor por perdonarles.
Mentirosos, maldicientes y envidiosos: ante los ojos de Dios, cualquier pecado es suficiente para condenarnos a ser destituidos de la comunión con un Dios que es totalmente Santo y Puro, donde no puede habitar la maldad. Dios ha mostrado Su inmensurable gracia al hacer el mayor acto de amor que jamás alguien pudiera hacer: hacerse hombre y pagar el precio que tu y yo merecemos por vivir como enemigos de Dios.
Yo he sido perdonado por mi Señor y testifico (a ti, que estás leyendo esto) que Jesús es real y que… ¡Él está vivo! El no está colgado hoy de un madero en un templo religioso. Él ha resucitado y todo aquel que le recibe también se levanta y deja la muerte para recibir la vida eterna. El hombre/mujer viejo se queda en el sepulcro y un hijo de Dios se levanta a la vida eterna. Jesucristo tiene el poder para transformar a un pecador como yo en un hijo de Dios. ¡A Dios sea la gloria!
Dios toca la puerta de tu corazón. Ábrele, arrepiéntete y entrega tu vida a Jesús. No vayas al infierno por tu incredulidad y orgullo.
“Más a los que le recibieron, a los que creen en Su nombre, les dio potestad de ser hecho HIJOS DE DIOS.” Juan 1:12
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