Una de las grandes promesas que tenemos los seguidores de Jesús es saber que Dios dice en Su palabra que para los que aman a Dios, todo obra para bien. Esto es de gran esperanza, pero no invalida la realidad de que somos responsables por pedir a Dios que revele Su voluntad y así poder llevarla a cabo.
A veces tomamos decisiones por nuestra propia cuenta, juzgando las circunstancias según lo que nuestro corazón siente o lo que nuestra mente calcula que sería lo que más nos conviene. Muchas veces tomamos decisiones que van ligadas al amor por las cosas materiales, a una emoción pasajera o a nuestro orgullo.
Cuando nuestros planes no son la voluntad de Dios, el tropiezo "obrará para bien," ya que nos hará llegar a la posición que debimos haber adoptado antes de tomar la decisión... y me refiero a la posición de postrarnos DE RODILLAS DELANTE DE DIOS buscando Su voluntad y no la nuestra.
En la carta a los Colosenses, el apóstol Pablo explica que debemos orar para pedir que "seáis llenos del conocimiento de su voluntad, en toda sabiduría e inteligencia espiritual;
Para que andéis como es digno del Señor, agradándo le en todo, fructificando en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios."
Mejor es pedirle a Dios que escuchemos Su voluntad antes de tomar decisiones por nuestra propia cuenta. Seamos obedientes y sigamos la dirección que Jesucristo nos da.
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