martes, 30 de junio de 2015
LA HOMOSEXUALIDAD: ODIAR EL PECADO y AMAR AL PECADOR
Como alguien quien fue salvado por la gracia de Dios, tengo la capacidad (y obligación ante Dios) de ODIAR EL PECADO y AMAR AL PECADOR. A mis semejantes (incluyendo a mis antiguos amigos) les he predicado confrontándoles de su pecado, sea este la mentira, la idolatría, el adulterio/fornicación, la HOMOSEXUALIDAD, o cualquier otra trangresión en contra de Dios.
Tengo antiguos amigos que entregaron sus vidas a Dios, entre ellos borrachos, mentirosos y homosexuales. En particular, uno de mis ahora hermanos en Cristo quien fue homosexual la gran parte de su vida, fue sanado de SIDA en etapa terminal (algo médicamente imposible pero no para Dios).
Delante de Dios, TODOS HEMOS PECADO, y estamos destinados a la eternidad en el infierno si no nos arrepentimos y entregamos nuestra vida bajo el señorío de Jesús, dejando nuestra antigua vida de pecado para vivir apartados para Aquel quien nos salvó.
Dios no ha cambiado, EL PECADO SIGUE SIENDO PECADO Y DIOS LO DETESTA. No te preocupes en "OFENDER A LA GENTE" por predicar que Dios es un dios Santo y que NADIE VERÁ EL CIELO SIN SANTIDAD Y NADIE VENDRÁ AL PADRE SI NO ES POR JESÚS.
La creciente ola de perversión sexual empujada por la agenda homosexual LGBT ha dado sus frutos al pretender que la institución del matrimonio se vea atacada incluso por la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos. SIGAMOS PERSEVERANDO EN NO ACEPTAR LA CORRUPCIÓN DE NUESTRA SOCIEDAD, ORANDO POR UN AVIVAMIENTO QUE TRAIGA CONVICCIÓN DE PECADO PARA LAS MULTITUDES Y UN MOVER DE DIOS SOBRE LAS NACIONES...
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