Jesús
dijo que tanto Él como sus seguidores, "no son de este mundo". Los que
aman este mundo, realmente están comodos aquí y sus ojos están puestos
en lo terrenal. Estos no representan ninguna amenaza al reino de las
tinieblas al que pertenecen, por lo que satanás les hace su estancia más
placentera (al menos momentaneamente). Estos hacen sus "buenas obras"
diciendo "Señor, Señor", pero Jesús dijo que a estos no les conoce y que
"ya tienen aquí su recompenza".
Los
que aman a Dios, se sienten realmente incómodos en este mundo pasajero,
el cual glorifica la vanidad, la violencia y todo lo que Dios aborrece.
Estos claman a Dios "venga Tu Reino... Hágase Tu voluntad". Estos
anhelan vivir apartados (santificados) de este mundo el cual les odia
porque aman la Presencia de Dios quien es Santo. Las obras de estos
pueden ser poco llamativas, ya que no es es ese el propósito sino el que
Dios sea glorificado, pero son de gran impacto en el mundo espiritual y
la recompensa y galardón para estos amantes de Dios es grande en la
eternidad.
Jesús dijo:
"Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad." (Juan 17:14-17)
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