domingo, 29 de agosto de 2010

Arrogancia

Arrogancia…¿Sabías que Dios aborrece la arrogancia? Lo peor que puedes hacer es creer que te las puedes de todas, todas y que no necesitas a Dios…Hoy platiqué con un señor afuera del super (Smart) , y me dijo que sí creía en Dios pero que el infierno no existe…Me dijo que él ha leído la biblia y que no dice nada del infierno. También he platicado por facebook con otras personas que dicen que cada quien interpreta la biblia como quiere y que sí creen en Dios pero no son unos fanáticos. Nuestras mentes y corazones pueden tener sus ideas e interpretaciones de lo que Dios es o no es. Sí es verdad que solo Dios es capaz de ver nuestros corazones, pero la biblia es clara: “Por sus frutos os conoceréis” Jesús dijo: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo”…Si nosotros pensamos que estamos bien con Dios, pero seguimos viviendo en pecado, haciendo las cosas que están en contra de Dios, y aún pensamos que iremos al cielo, estamos muy equivocados.


“Llegó en viernes…vámonos por las chelas y unos tabacos.” “Pa´que compro plumas y clips, si me las traigo del %&”($# jale.” “Yo no le hago daño a nadie, si hasta doy limosna y ayudo al necesitado” “Un taco de ojo…y haber que ligamos”

Robar es robar, mentir es mentir, fornicar es fornicar, maldecir es maldecir…NO HAY OTRA INTERPRETACIÓN. La biblia dice: ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os engañéis: Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.”



Dios pone ante ti esta VERDAD…Si tu entregas tu vida a Jesús, y declaras que por fe tú crees que Jesús es el Hijo de Dios, y le pides que te perdone, y te entregas TOTALMENTE a Él, eso incluye tu estilo de vida en pecado, SOLO ENTONCES HEREDARÁS EL REINO DE LOS CIELOS…



El anhelo de mi corazón es que Dios quebrante nuestros corazones, que abra nuestros ojos, y nos demos cuenta que si ARROGANTEMENTE le damos la espalda a Dios, no es Dios el que nos condena, sino es nuestro propio pecado e incredulidad. (Que fuerte palabra…si necesitas ayuda y quieres conocer a mi Señor, estoy a tus órdenes)

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