miércoles, 8 de septiembre de 2010

La pregunta es: ¿Estás en Cristo?

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece… La pregunta es: ¿Estás en Cristo? ¿Para quien haces lo que haces, para satisfacer tu corazón o el de Dios?...Sansón contaba con el Espíritu de Dios, con el cual tenía poder sobrenatural para hacer cosas que sin Dios serían simplemente imposibles. Sin embargo, Sansón se desvió…Lo que hacía, no lo hacía para glorificar a Dios, sino para satisfacer su deseo y su voluntad. Lo triste, es que el mismo Sansón no se dio cuenta de que Dios ya no estaba con él:


“Y le dijo (Dalila): ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Y luego que despertó él de su sueño, se dijo: Esta vez saldré como las otras, y me escaparé: no sabiendo que JEHOVÁ YA SE HABÍA APARTADO DE ÉL.” Jueces 16:20

Dios nos ama, tiene grandes cosas para cada quién y nos da la oportunidad de servirle, de vivir para Él y ser bendecidos desde aquí, donde estamos en el mundo, para también ser galardonados en el cielo según nuestro corazón de servicio a Él.

Debemos preguntarnos si “nuestros proyectos” son los de Dios…Nuestras decisiones reflejan el estado de nuestros corazones. Si decidimos tomar una decisión en contra de nuestras autoridades, sean nuestros pastores y líderes en la congregación, nuestros padres, o cualquier otra autoridad, ya que todas son establecidas por Dios, entonces nuestra aventura no proviene de Dios, ya que Dios es Santo y no se contradice...

Dios nos invita a probarlo todo con su palabra, mediante la renovación de nuestra mente a través de Su Espíritu. ¿Dónde está lo que atesoramos? ¿Nuestros planes y proyectos provienen de Dios? ¿Son dirigidos por Él? ¿Solo Él recibe la gloria? Pidámosle a Dios que revele lo que hay en nuestro corazón, no sea que andemos en nuestra altivez pensando que Dios está con nosotros, y nos demos cuenta que hemos contristado al Espíritu…

El verdadero deseo de agradar al Padre viene de la cruz. Viene de una desesperada angustia por servir a Aquel que nos perdonó y pagó con su vida la muerte que nosotros merecíamos. Cualquier otra razón es vanagloria y podrá aparentar dar algo de fruto, pero ese fruto no tendrá impacto en el mundo espiritual.

(En una charla, un gran amigo me comentó sobre lo de Sansón. Admiro a este amigo porque tiene un corazón de servicio a Dios.)

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